“Esto impacta en la proyección de producción que se cosechará hacia finales de marzo, principios de abril”, agregó. Lo cierto es por efectos de la sequía extrema, las olas de calor y las heladas tempranas de febrero, Córdoba es una de las zonas del país más críticas y con resultados negativos por el mayor impacto.

Según destacó Fiant, los recortes “pueden llegar en un caso de rendimiento normal de 26 o 30 quintales a lograr tan solo 8 o 9 quintales en casos extremos de soja en la zona sudeste de Córdoba”, que sería la zona de mejor potencial agrícola de la provincia. “Por consiguiente, la situación está complicada y las precipitaciones no alcanzan a revertir el déficit intenso que se arrastra desde hace meses”.

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También precisó que la pérdida de superficie sembrada, es decir, “aquel cultivo en el que se hizo una inversión para su siembra y del que finalmente no se obtendrá absolutamente nada de su cosecha, ya totaliza más de 700.000 hectáreas en la provincia de Córdoba”. Ello contando los cultivos de soja, maíz, maní y sorgo. Es la pérdida primaria, indicó.

Pero además, “considerando el costo, la oportunidad y la rentabilidad que suponen estos recortes de rendimientos, estamos hablando que en términos globales se perderían en la provincia unos 4.700 millones de dólares de aporte de la campaña agrícola 2022-2023. Así que es una pérdida múltiple que afecta al productor en sí, pero también a las arcas del estado y a las economías local y nacional”, señaló la ingeniera agrónoma.

Recorte de producción histórico del 74%

La especialista precisó respecto de la gravedad de la situación: “Estamos finalizando un ciclo verdaderamente malo de producción, tanto de cultivos de invierno como de verano. El trigo que se cosechó en Córdoba en los meses de noviembre y diciembre sufrió un recorte de producción del 74%, es decir, la cantidad producida no es suficiente ni siquiera para abastecer a la molinería local”.

“Estos malos resultados de la campaña invernal también se reflejan en la campaña estival con recortes de producción del 18% en la cosecha de soja, que podría llegar a estar en valores cercanos a las 9,5 millones de toneladas o las 17,2 millones de toneladas de cosecha de maíz que representan un 15% de recorte respecto del año anterior”, destacó Fiant.

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Además enfatizó “Estamos calculando que esta va a ser la campaña con los rendimientos y niveles de producción más bajos en relación a las últimas cinco campañas.

Eso en cuanto a la producción de soja y maíz. Además, la pérdida registrada en el cultivo de trigo equivale a un recorte de producción interanual del 74%. Ese porcentual de recorte no tiene precedentes, así que realmente es una situación alarmante en todo lo que es el ciclo productivo global de un año”.

“Ese salto interanual del 74% de producción entre un año y otro, es la primera vez en la historia que lo registramos”, apuntó.

Según comentó Silvina Fiant, un informe realizado por el equipo técnico de la Bolsa de Cereales de Córdoba, a modo de comparación reflejó el equivalente a la pérdida económica proyectada. La pérdida estimada del valor bruto de la producción equivale a 39.400 departamentos de un dormitorio en Nueva Córdoba, una de las zonas más caras de la ciudad capital.

Proyección que podría complicarse aún más

“La región más crítica es el sudeste de la provincia de Córdoba, la región por naturaleza de mayor productividad de cultivos tempranos y que sufrió los avatares más importantes, con mayores pérdidas de área sembrada y rendimientos obtenidos”, advierten de la Bolsa.

Sin embrago podría ser peor: “La situación podría complicarse aún más porque las estimaciones contemplan parcialmente el impacto de las heladas tempranas del 18 de febrero. Necesitamos que pase un tiempo biológicamente necesario para reflejar el impacto definitivo de las bajas temperaturas y la falta de precipitaciones que se siguen sucediendo. Es posible que nuestras primeras estimaciones sufran un recorte conforme avance el ciclo de los cultivos”

Preocupación en el Expoagro

Desde la Bolsa de Cereales de Córdoba ponen la alarma en los siguientes ciclos productivos: “El ánimo de los productores es de una hondísima preocupación. Está finalizando una campaña que no logra generar la inversión necesaria para seguir produciendo, por lo que peligra el inicio de la próxima campaña en mayo, cuando deba sembrarse el próximo trigo y los productores tengan muy escasas herramientas financieras”.

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“El ambiente generalizado que se ve en ExpoAgro, es de una honda preocupación por falta de financiamiento, de políticas y de incentivos a la producción agropecuaria. Toda medida que trate de paliar alguna crisis es bienvenida, pero no son suficientes para hacer frente al enorme daño que está sufriendo el productor agropecuario”. “La declaración de emergencia agropecuaria es una herramienta, pero no es suficiente, sería muy importante incluir líneas de crédito específicas para poder paliar las pérdidas de los productores”, destacan desde la BCCBA.

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“Las condiciones climáticas, y adversidades financieras para la producción de granos, también los son para la producción de pastos y reservas forrajeras. La producción de leche y bovinos para carne, está también amenazada por estos recortes de producción. Pero a su vez, hay cuestiones de fondo relacionadas con derechos de exportación y medidas completamente distorsivas de lo que es un comercio de granos sano.  

Lo cierto es que el equipo técnico de la Bolsa de Cereales de Córdoba, señala que habrá que “esperar necesariamente hasta mediados de marzo, principios de abril, para registrar los primeros lotes de cosecha y valorar efectivamente las pérdidas”.