Asaja reclamó este pasado viernes 11 de octubre que las farmacéuticas pongan a disposición de los ganaderos una vacuna combinada de los serotipos 1, 3, 4 y 8 de la lengua azul, para poder inmunizar a la cabaña ganadera frente a estas variantes.
Además, ha asegurado que, pese a los focos de esta enfermedad detectados, la calidad del producto que llega al consumidor no se ve afectada.
En declaraciones a EFE, la responsable de Ganadería de Asaja Castilla-La Mancha, María Tapia López, ha reconocido que, tras los focos de lengua azul de serotipos 1 y 3 en Extremadura y los de serotipo 8 en Toledo «en cualquier momento puede salir un nuevo foco verificado».
«Es relativamente previsible que se va a mover, pero es complicado controlar», ha señalado Tapia, que ha recordado que la enfermedad se transmite a través de un mosquito, cuya actividad se detiene durante los meses de invierno y, por ello, ha apelado a preparar ya la situación de cara a la próxima primavera.
En este sentido, ha hecho un llamamiento a las farmacéuticas para que pongan a disposición una vacuna combinada de los cuatro serotipos que están en circulación y que, además, fabriquen las dosis necesarias para poder inmunizar a toda la cabaña ganadera del país.
«Tenemos unos meses para preparar la temporada que viene», ha insistido Tapia, que ha valorado, asimismo, la interlocución con las administraciones central y autonómica.
De hecho, ha destacado que «se ponen en el pellejo de las explotaciones y de los ganaderos», de forma que se están tomando medidas para garantizar la seguridad animal y también la viabilidad de las explotaciones.
Por ejemplo, no se está prohibiendo la circulación del ganado, sino que se hace hincapié en la desinfectación de los vehículos que entran y salen de las fincas, por ejemplo, para evitar que los insectos se trasladen en los mismos.
Asimismo, ha incidido en que se ha apostado por el uso de repelentes en los animales, al tiempo que ha animado a los ganaderos a informarse de todas las medidas para frenar la lengua azul en las oficinas comarcales agrarias (OCA) y ha resaltado el compromiso de los criadores en tener una cabaña ganadera sana.
En cualquier caso, Tapia ha recalcado que la lengua azul no es una enfermedad que afecte al ser humano y ha reiterado que, a pesar de estos focos de lengua azul, la calidad del producto que llega al consumidor no se ve afectada, porque «los animales que se llevan al matadero están en perfectas condiciones».
Por todo ello, ha hecho un llamamiento a la tranquilidad y ha subrayado la importancia de trabajar en unos protocolos para garantizar la seguridad alimentaria y ganadera y también la rentabilidad del sector, para no paralizar el mercado.
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