8 de marzo, Día internacional de la mujer, resaltamos el trabajo de las mujeres en el sector agrícola.
El día internacional de la mujer conmemorado el 8 de marzo de cada año, es un día en el cual la mujer trabajadora obtiene reconocimiento por su labor en la sociedad, y representa también una oportunidad inmensa para reconocer los grandes avances que esta contribución ha aportado para el crecimiento económico de la sociedad actual.
Para esto es necesario visibilizar el trabajo y los grandes aportes que generan las mujeres en los diferentes sectores sociales y productivos, no solo de nuestro país, sino también a nivel mundial.
La equidad e igualdad entre hombres y las mujeres también se representa en la posibilidad de participar en cualquier parte de los procesos productivos, ya sea en la producción directa de los cultivos, o en la toma de decisiones del sector agrícola.
Según el banco Mundial Las mujeres son la columna vertebral de la economía rural, especialmente en los países en desarrollo, ya que ellas representan casi la mitad de los agricultores del mundo, y en las últimas décadas han ampliado su participación en la agricultura.
El número de hogares dirigidos por mujeres también ha aumentado a medida que más hombres han emigrado a las ciudades. Como cuidadoras principales de sus familias y comunidades, las mujeres son responsables de proveer alimentos y nutrición, y son el nexo que vincula las explotaciones agrícolas y los comedores de los hogares.
Mientras la comunidad mundial procura alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) −entre ellos, el ODS 2, cuyo propósito es poner fin al hambre y la malnutrición a más tardar en 2030− las mujeres pueden convertirse en los agentes del cambio fundamentales en los ámbitos de la agricultura, la nutrición y el desarrollo rural.
Con un mejor acceso a la información, la capacitación y la tecnología, ellas pueden transformar la producción y el consumo de alimentos para que la tierra y los recursos se utilicen de manera sostenible
Contribuir a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible implica reconocer el papel fundamental de la mujer para la reducción de la pobreza, la eliminación de todas las formas de hambre y malnutrición, y la contribución a la transformación de los sistemas agroalimentarios en todo el mundo.
A escala mundial, las mujeres representan más del 37% de la mano de obra agrícola rural, proporción que se eleva al 48% en los países de ingresos bajos, y su contribución es destacada en todos los subsectores agrícolas.
Ellas constituyen cerca del 50% de los 600 millones de las personas dedicadas a la pequeña ganadería del mundo, y cerca de la mitad de la mano de obra de las pesquerías en pequeña escala; porcentajes que probablemente subestiman la contribución total de las mujeres a la agricultura en la medida en que su trabajo, a menudo sin remuneración, no siempre aparece reflejado debidamente en las estadísticas oficiales.
Entre 2020 y 2021, en la República Dominicana la tasa de pobreza monetaria general aumentó tanto en la zona urbana como rural, pasando respectivamente del 23,2% al 23,7% y del 24% al 24,7%, de acuerdo a datos del MEPYD. Lamentablemente, esto afectó mayormente a las mujeres en comparación con los hombres.
En 2021 la población femenina ocupada en la agricultura y ganadería representaba alrededor del 7% de la total ocupada en esta rama, según la Encuesta Nacional Continua de Fuerza Trabajo 2021. Asimismo, las mujeres representan solo el 16,3% de los 177,799 productores agropecuarios identificados a nivel nacional (ONE, 2016).
Partiendo de esto, la FAO siempre ha reconocido que las mujeres rurales y su acceso a los recursos y servicios productivos son fundamentales para garantizar que el sector rural rinda al máximo de su potencial, generando ganancias significativas para la agricultura, elevando la producción agrícola total y logrando la seguridad alimentaria y la nutrición para todas las personas.
La igualdad de género y la garantía de los derechos de las mujeres, incluyendo la garantía del acceso de las mujeres a los recursos naturales y productivos, y del poder de decidir autónomamente sobre su uso y gestión, son elementos fundamentales para el desarrollo sostenible y para incrementar la resiliencia de cara a los efectos del cambio climático y la degradación ambiental.
La FAO en República Dominicana está desarrollando diferentes iniciativas orientadas a promover la autonomía económica de las mujeres, reconociendo su contribución a la respuesta, mitigación y adaptación al cambio climático para construir un futuro más sostenible para todas las personas.
En particular, y entre otras acciones, la FAO promueve la participación de las mujeres en la ganadería climáticamente inteligente para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero; la integración productiva y económica de las familias beneficiarias del Programa Supérate, a través de la agricultura familiar, con énfasis en las mujeres y jóvenes, para mejorar sus medios de vida y garantizar su seguridad alimentaria y nutricional, Asimismo se trabaja en la digitalización de la oferta de turismo rural para crear oportunidades para mujeres y jóvenes rurales. Rodrigo Castañeda, Representante de FAO en la República Dominicana y Roberta Santoro, Consultora en Género de FAO en República Dominicana
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