Las ventas externas del complejo soja caerían 30% este año respecto de 2022, una merma de u$s 7.300 millones, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario
La Argentina perdería su posición cómo primer exportador mundial de harina de soja en la campaña 2022/23, como consecuencia de la sequía. Así se desprende de un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario, el cual indica que las exportaciones del complejo soja podrían ubicarse durante el actual ciclo en torno a u$s 17.568 millones, lo que significaría una caída del 30% en relación con 2022, equivalente a una merma de u$s 7.300 millones respecto a un año atrás.
El estudio, a cargo de los especialistas de la entidad, Francisco Rubies, Javier Treboux y Julio Calzada, muestra que “las posibles 25 millones de toneladas que se esperan producir marcarían la menor cosecha desde la campaña 1999/20” redundando en “una caída de un 30% en las exportaciones en relación con el año pasado y a perder el liderazgo en nuestro principal mercado”.
Además del golpe productivo, la profunda sequía dejará secuelas sobre el comercio exterior y la participación de Argentina en los mercados de commodities agrícolas, especialmente en aceite y harina de soja a nivel global.
Por caso, el país lidera el mercado de exportación de harina de soja y uno de los pocos nichos que domina en las cadenas globales de suministro.
«Argentina alcanzó un éxito notable en el desarrollo de su complejo industrial oleaginoso a partir de la década del noventa, evolución que se fue solidificando con el correr de los años y registró notorios saltos en su capacidad de procesamiento en distintas oportunidades al compás de los crecientes requerimientos de la demanda internacional», indicaron los economistas y precisaron que de ese modo, «logró consolidar una posición dominante en los mercados de aceite y harina de soja durante más de 25 años».
En el año 2022 Argentina concentró exportaciones de harina, pellets de soja y otros subproductos por u$s 12.758 millones FOB, y se prevé que en este ciclo eso se reduzca a u$s 10.412 millones, es decir unos u$s 2.346 millones, por efecto del fenómeno climático.
Una campaña para el olvido
La participación del complejo en las exportaciones totales nacionales de bienes representó en 2022 un 28% del total, alcanzado su máximo histórico en 2016 con el 33% del total exportado.
Según las proyecciones, los envíos del complejo sojero podrían ubicarse este año en torno a los u$s 17.568 millones de dólares, lo que significaría una caída del 30% en relación con el período previo. Además, este año “producto de la fuerte caída en la producción que generará una merma en los volúmenes de molienda y en el saldo exportable en la campaña, se espera un severo ajuste en las exportaciones del complejo”, advirtió la entidad bursátil.
“La oleaginosa se mantiene como el principal cultivo en área sembrada en el país, aunque mostrando una caída ininterrumpida en las últimas siete campañas desde el récord de 20,3 millones de hectáreas que se sembraron en el ciclo 2014/15”, detalló la entidad.
El área destinada al cultivo en el ciclo 2022/23 representó la menor á desde 2005/06.
Si bien la última estimación de producción nacional elaborada por GEA-BCR fue de en 27 millones de toneladas, el mismo servicio informó el 16 de marzo un recorte de 2 millones de toneladas en su estimación para la zona núcleo, que no van a poder ser compensadas por el resto de las zonas del país. Esto le pone un techo a la producción nacional pero no un piso. En ese sentido, es probable que el número se revise a la baja cuando se realice el nuevo cálculo a mediados de abril.
Ante este panorama productivo extremadamente complicado, y si bien los stocks iniciales de la campaña se estiman relativamente elevados en 6 millones de toneladas, las importaciones temporarias de soja para abastecer las necesidades de la industria de crushing se proyectan en 9,5 millones de toneladas. De concretarse esta proyección, el volumen importado alcanzaría un récord, superando las 7,3 millones de toneladas durante la 2017/18.
Ante esta estimación de producción, de “carry”, y de toneladas importadas, la oferta total de la campaña 2022/23 alcanzaría 40,5 millones de toneladas, un mínimo desde la 2008/09. El corolario de esta magra oferta total es una fuerte caída en el consumo: la menor molienda en 20 años y las exportaciones de poroto más bajas desde mediados de los 90.
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