El arroz es más que un alimento; es un símbolo de identidad y tradición para los dominicano
En la República Dominicana, el arroz blanco, graneadito y brilloso, es indiscutiblemente el rey de la mesa. Muchos afirman que el mejor arroz es el que se extrae de la parte superior de la paila, justo cuando está humeante y caliente, mientras que otros defienden la supremacía del “concón”, esa deliciosa costra dorada que se forma al cocinar el arroz en la olla y que, al ser ablandada con una crema habichuelas ,salsa de carnes o simplemente disfrutar solo de forma crujiente, se convierte en un manjar del dominicano.
Cultivo y Producción
El cultivo de arroz en el país es un pilar de la economía agrícola, representando el 14% del Producto Interno Bruto Agrícola. La producción se centra principalmente en arroz bajo riego, que constituye un 97.8% del total cultivado, mientras que solo un 2.2% corresponde a cultivos de secano. La región Nordeste es la más productiva, con 45,702 hectáreas, seguida por la Noroeste y Norcentral.
Según explica,el Registro Nacional de Productores Agropecuarios de 1998 estimó que existen aproximadamente 30,290 productores arroceros en la República Dominicana. De estos, el 95% posee fincas pequeñas, menores de 6.3 hectáreas, lo que muestra la predominancia de la agricultura familiar en el sector.
Autosuficiencia y Variedades
A lo largo de los últimos 25 años, el país ha mantenido un grado de autosuficiencia arrocera que supera el 90% del consumo nacional. Esta autosuficiencia ha permitido a los productores satisfacer la demanda de la población y garantizar el acceso a este alimento esencial.
Las variedades de arroz cultivadas en el país incluyen Prosequisa-4, Juma 67, Prosequisa-5, Juma 57 y Idiaf-1, entre otras. La variedad más consumida es el “selecto A”, que se caracteriza por tener un 15% de medio grano.
Impacto del Tratado DRCAT
Con la entrada en vigencia del Tratado DRCAT en 2025, se prevén cambios significativos en el sector arrocero dominicano. Este acuerdo tiene como objetivo facilitar el comercio y la inversión en la región, lo que podría abrir nuevas oportunidades para los productores. Sin embargo, también plantea retos, como la necesidad de adaptarse a las normas de calidad y competitividad del mercado internacional.
El impacto del DRCAT podría influir en la producción local y en los precios del arroz, lo que requiere una atención cuidadosa por parte de los agricultores y del gobierno para garantizar que los beneficios se traduzcan en mejoras para los pequeños productores.
Delicias dominicas con arroz
El arroz no solo es un acompañante; es el protagonista de muchos platos típicos. Un ejemplo es el pastelón de arroz, un plato completo que no necesita más que una ensalada verde para aportar color. También se encuentra en caldos, donde su presencia es esencial, y en bufés, donde complementa una amplia variedad de sabores. No hay duda de que el arroz combina con todo, independientemente de la preparación.
Un clásico dulce
Incluso los postres se han apropiado del arroz. El famoso arroz con leche, una mezcla de arroz, leche, azúcar y especias, es un clásico que muchos consideran un dulce celestial. Esta combinación resalta la versatilidad del arroz, que puede ser tanto salado como dulce, adaptándose a los paladares más variados
Influencias
Con el tiempo, el arroz ha viajado y se ha adaptado a diversas culturas, lo que ha enriquecido la gastronomía dominicana. Ahora es común ver arroz en ensaladas frías, croquetas y frituras, así como en platos que alguna vez parecieron exóticos, como los «niños envueltos». La influencia de la cocina japonesa se ha dejado sentir, popularizando el uso del arroz en sushi y, sorprendentemente, en la producción de licores como el sake.
Un legado cultural
El arroz no solo es un alimento; es parte del patrimonio cultural de la República Dominicana. Desde su introducción en el país por los colonizadores españoles en el siglo XV, ha evolucionado hasta convertirse en un componente esencial de la dieta dominicana. Su papel en celebraciones, festivales y en la vida cotidiana lo convierte en un símbolo de vida, abundancia y unidad familiar dominicana.
El arroz, más que un simple alimento, es un símbolo de unión y tradición en la cultura dominicana. Desde su papel en las comidas familiares hasta su presencia en festividades, este cereal sigue siendo un elemento vital que une a generaciones. A medida que se adapta a nuevas tendencias y sabores, el arroz continúa celebrándose en todo el mundo, mostrando su capacidad de reinventarse y mantener su estatus como un alimento fundamental en diversas culturas.
El celebramos no solo su importancia nutricional, sino también su relevancia cultural y económica. El arroz sigue siendo un elemento vital en las mesas dominicanas y un testimonio de la resiliencia y creatividad de sus productores.
Desde 2003 se ha elegido el 31 de octubre como Día Internacional del Arroz, por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con ese organismo, la importancia de este producto va más allá de su consumo. “El arroz es una parte central de muchas culturas y se utiliza en festivales, pinturas, música y ceremonias religiosas como símbolo de vida, fertilidad y abundancia”, dice la organización en su página web.
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