La agricultura es un factor clave para la seguridad alimentaria global y parte importante de la solución a la crisis climática, por lo que debe ser un actor con fuerte presencia en las negociaciones climáticas, afirmó el director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Manuel Otero.
Previo a su participación en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) que se lleva a cabo en Dubái hasta el 12 de diciembre, Otero resaltó que el sector agroalimentario de las Américas es particularmente vulnerable a la crisis climática y al mismo tiempo constituye el sostén de la seguridad alimentaria, por lo cual “nunca más puede estar ausente de los foros de negociaciones ambientales globales”.
Otero enfatizó en que la actividad agropecuaria tiene una responsabilidad marginal en las emisiones globales de gases de efecto invernadero y que pese a ello, entre los productores y el sector público de la agricultura existe un consenso sobre la importancia de actuar coordinadamente para hacer frente a la crisis climática.
“Si tomamos las emisiones por hectárea de la producción agropecuaria en general, incluyendo la deforestación, América Latina y el Caribe tienen menos emisiones, medidas en dióxido de carbono equivalente, que la Unión Europea. Esto se ha logrado con un gran esfuerzo de ciencia y tecnología y otras políticas públicas y, sobre todo, con el coraje y decisión de los productores y trabajadores de los sistemas agroalimentarios”, afirmó Otero en un comunicado.
El director general del IICA aseguró que el agropecuario es el único sector que puede reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y a la vez hacer una contribución fundamental a la mitigación de la crisis climática, al ser un sumidero neto de carbono.
“América Latina y el Caribe, con su riqueza en recursos naturales es y será, bajo cualquier escenario futuro, un actor estratégico en la seguridad alimentaria y ambiental global”, afirmó.
Otero explicó que la expectativa del sector agroalimentario de las Américas en la COP28 es que se reconozca que la agricultura es un sector particularmente vulnerable al cambio climático, estratégico para los medios de vida de millones de personas en todo el planeta, y es parte de la solución a la crisis climática.
“Los sistemas agroalimentarios de la región no son fallidos, como procuran argumentar algunas narrativas. Eso no significa que no haya cosas por mejorar. Queda bastante por hacer y problemas por resolver”, expresó.
Otero recordó que en la actualidad en la región hay unos 43 millones de personas que sufren hambre, más de 133 millones que no pueden acceder a una dieta saludable y más de 110 millones de adultos obesos.
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